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Nuestra historia

Flor del Prado nació en la Cooperativa de Viñateros Unidos de la Ciudad de Cipolletti hace 70 años. Era el tradicional vino de mesa que, en damajuana, en botella y hasta en caja, acompañaba celebraciones, asados familiares y reuniones. "Flor del Prado, flor de vino ¡Sí señor!" era su jingle, con una melodía que todavía recuerdan hasta los menos memoriosos. Luego de unos años, la bodega cerró y sus instalaciones quedaron en desuso.

Décadas después, Luciano Fernández, nieto e hijo de chacareros y viñateros de Río Negro, comenzó a proyectar un emprendimiento vitivinícola en su terruño familiar ubicado en un lugar privilegiado: a metros de la confluencia del río Limay con el río Neuquén. Cinco años más tarde, el trabajo dio sus frutos, Luciano elaboró su primer vino estrenando la cosecha Pinot Noir y decidió llamarlo Flor del Prado en homenaje a su abuelo Félix Antonio Amoruso, miembro de la Cooperativa de Viñateros Unidos de la Ciudad de Cipolletti desde sus inicios.

De esta forma, Flor del Prado renace entre peras, manzanas, almendros, higos y ciruelas. Aflora desde la confluencia de dos ríos, desde la riqueza de su suelo fértil. Cuenta la historia de la pasión por la tierra de los antiguos elaboradores de vino y lleva en cada una de sus cepas el secreto del buen gusto eterno. Así son nuestros vinos, así somos nosotros.



Flor del Prado 2013 - Todos los derechos reservados / info@flordelprado.com.ar / / Dizen 2013

Pozo / Lisandro Aristimuño